Hace un par de semanas trajimos a ustedes una lista con cinco cineastas que están al inicio de su carrera y cuyos trabajos vale la pena revisar, en esa ocasión se publica la segunda parte de aquellas recomendaciones, pero ahora con realizadoras del sexo femenino.
Conoce su trabajo, trayectoria y propuestas en apoyo al cine nacional.
Andrea nació en la capital del país en 1986, la cual considera una muy buena década. Estudió en el CUEC hasta el año pasado que terminó su especialidad en realización documental. Antes de ello, había realizado cursos en la Casa del Lago y en el Museo Universitario del Chopo.
Del reconocimiento internacional al nacional
En 2013 lanzó su tesis documental llamada «La Música Silenciada», un trabajo que se enfoca en las pioneras olvidadas del rock n’ roll en México entre 1954-1963, «un tema que no había sido explorado hasta ahora, supongo que eso ha hecho que la gente termine curiosa y con ganas de saber más datos al respecto de las protagonistas, sorprendidos porque desconocían que el ritmo llegó al país gracias a Gloria Ríos una mujer México-americana nacida en San Antonio Texas , que existieron bandas de rock n’ roll formadas sólo por mujeres como Las Mary Jets, al público femenino en general he notado identificación con las protagonistas debido a que fueron víctimas de discriminación por motivos de género».
En cuanto a la crítica, nos dice que en un inicio los principales festivales del país no se interesaron en la obra, sin embargo, el «Latinamerika i Fokus» de Suecia y el Festival Latinoamericano de Sao Paulo fueron los primeros en llamarla. En el país, el FIC de Monterrey les dio su primera oportunidad, en donde consiguieron el premio por mejor cortometraje documental mexicano.
«De ahí todo cambió radicalmente hasta llegar a una nominación a mejor cortometraje documental en el 56º Entrega de los premios Ariel , le ha ido bastante bien, nunca había tenido la oportunidad de ir a festivales con una obra propia, hasta ahora el cortometraje ha sido seleccionado por 12 distintos festivales mexicanos, internacionales y extranjeros. Antes de ello solo había estado presente con el documental ‘La tierra del baile’ (2012) como participante en el Reto DOCSDF en el 7º Festival Internacional de Cine Documental de la ciudad de México y que fue una experiencia interesante ya que realizamos el documental en el lapso de 100 horas (grabación y edición)», comenta en entrevista con SD.
«No estamos atrayendo a nuestro propio público a las salas cinematográficas»
Para Andrea Oliva, las problemáticas para los realizadores del país son varias, «entre que los apoyos oficiales no son tan accesibles para todos los cineastas y corrientes que pueden caber en el cine , por el otro el injusto sistema de exhibición del país que hace que el último eslabón de la cadena y el que menos invierte sea el que recaude la mayor parte de la taquilla».
«Pero en definitiva creo que hay un problema más serio que es que no estamos atrayendo a nuestro propio público a las salas cinematográficas, es una pena para mí escuchar frases como ‘Hay que apoyar al cine mexicano ‘, siento que es como pedir caridad al público, esto no es un juego necesitamos ofrecer un abanico de posibilidades que ver en las salas y que ellos se identifiquen con lo que están viendo, que sean ellos los que vayan recomendando las películas, que quieran pagar entradas (que ya no son tan accesibles) en ver cine mexicano.
Algo no estamos sabiendo entender de nuestro público y eso es algo que nada tiene que ver ni con presupuestos, ni apoyos, sólo con nosotros y entender que esto tiene que volver a ser una industria», dice.
Actualmente, Oliva está desarrollando la investigación y el guión de su primer largometraje documental que llevará por nombre “Los invisibles”, el cual habla sobre la discapacidad en México.
A la par, tiene un proyecto de mediometraje documental que lleva haciendo desde el 2011 con Isaac Hernández , «el mejor bailarín de ballet del mundo», que es mexicano y actual solista del Het National Ballet de Holanda .
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Alicia Segovia Juárez nació en 1983 en León, en donde estudió Ciencias de la Comunicación para luego trasladarse al Distrito Federal a complementar sus estudios sobre lenguaje cinematográfico en el CUEC.
En su relativamente corta carrera, Alicia ha dirigido ya siete cortometrajes: «Agua», «Ana», «Solitud», «Andrea», «Casa Cuna», «Día Uno» y «Jerusalén», con este último se hizo acreedora del premio especial 5 de Mayo del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
Sin embargo, fue desde su tercer corto que comenzó a ganar el reconocimiento de la crítica, pues «Solicitud», estrenado en 2009, se llevó el premio al mejor documental en el Festival HAZFICCIARTE UACM 2009.
Posteriormente con «Andrea», que cuenta la historia de una niña a punto de abandonar la infancia, obtuvo la Beca London Film Academy, en el Festival Internacional de cine de Guanajuato: EXPRESIÓN EN CORTO 2010, además del galardón Musa de la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión en la misma muestra.
Ahí logró proyección mundial pues se presentó en el Festival Internacional de Cine de Huesca, España y en el de Viña del Mar, además de en el Short Shorts Film Festival 2010, la muestra de cortos más importante de nuestro país.
A la par de su carrera como realizadora, Alicia tiene experiencia como asistente de sonido y sonidista y como directora de fotografía.
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Iza nació en Guatemala, en donde estudió Arte Dramático en la escuela nacional, posteriormente se vino a la Ciudad de México al famoso CCC, donde se especializó en la carrera de Realización.
Historias como puentes
Su primer obra mostrada a un amplio público fue el cortometraje «Para Armar un Helicóptero», cuyas primeras funciones se realizaron en el país, en donde la directora acepta haber sentido gran empatía por parte del público, pues -dice- es una historia «muy del DF».
«Al salir de México tenía miedo que dejara de ser una historia relevante o que algunos detalles fueran demasiado locales. Pero para mi sorpresa el público de otras ciudades de México y de otras ciudades del mundo ha conectado bien con la historia, y eso me hace sentir muy bien. Oír a un público que no habla español reírse o conmoverse ante una historia muy latinoamericana, me hace sentir que estoy haciendo bien mi trabajo. Que mi película por unos minutos se convierte en una especie de puente que conecta dos mundos distintos», dice Izabel a SD.
«Yo creo que mi labor como directora consiste en contar historias que puedan ser como puentes. Puentes entre mundos distintos, entre el pasado y el día de hoy», continúa.
Su estilo e influencias
Apichatpong Weerasethakul, Jia Zhangke, Terrence Malick, Claire Denis y Errol Morris, son cinco de los principales directores de los que constantemente recibe inspiración, «pero yo siento que me nutro de todos lados. De las cosas que pasan en la calle, de la literatura. Por influencia de mi madre me encantan las fotos y los archivos antiguos. Disfruto tanto escuchando historias como contándolas», afirma.
«Formalmente mis películas se pliegan al tipo de historia que estoy contando. Pero lo que tienen en común todos mis trabajos, es que buscan contar desde la intimidad. También privilegio la atmósfera, el espacio y el contexto antes que la anécdota en sí. He notado también que casi todas mis historias están relacionadas a las pequeñas rebeliones o cambios en la vida cotidiana, me encantan los personajes sencillos que se salen del orden convencional», cuenta la directora desde Guatemala, en donde está filmando su más reciente proyecto.
Sobre él nos dice: «es la Opera Prima Documental del CCC. Lo estoy trabajando desde hace dos años entre México y Guatemala. Está centrado en un juicio llevado a cabo a lo largo de dos meses en Guatemala, en el cuál un grupo de Mayas Ixiles acusa a un expresidente de haber cometido genocidio contra su comunidad».
Lo que sigue
Por el momento está totalmente enfocada en terminar su documental, aunque tiene dos proyectos de ficción en puerta muy distintos el uno del otro: «El Intermediario» y «Gallina Negra». «Y luego no sé… yo quisiera llegar a ser como esos directores de ochenta años que siempre están pensando en su siguiente película», finaliza Izabel.
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Egresada del Departamento de Imagen y sonido de la Universidad de Guadalajara, Sofía Carrillo ha encontrado su fuerte en la animación, así como en el diseño de arte, pero llama a esto «una peculiaridad», pues nunca sintió un gran apego a las matemáticas o gran tolerancia a la frustración.
En declaraciones a La Gaceta de la UdG dice: «Yo pienso en mí misma como cineasta, es el mismo lenguaje, también hay plano, movimientos de cámara, cadencia, intención narrativa, todo lo que tiene el cine. Pero en vez de un liderazgo con todo un grupo de personas, yo lo tengo con los muñecos. A ellos no les puedes decir que enfaticen una emoción o hagan algo, lo tienes que hacer tú, pero a fin de cuentas sigue siendo cine».
A partir de su segundo trabajo llamado «Fuera de Control», Sofía comenzó a mostrar sus mezclas de técnica stop motion con animación digital en festivales nacionales e internacionales, como el Annecy en Francia, Sitges, en España y Sundance, en Estados Unidos.
Su filme «La Casa Triste» -que ya se llevó un premio en el FICM- está nominado al premio Ariel como el Mejor Cortometraje Animado, galardón que ya había ganado en 2012 por «Prita Noire».
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Con 24 años, Gina Herrera Pascal continúa estudiando la carrera de Cinematografía en el Centro de Estudios Cinematográficos INDIe, en donde tuvo la oportunidad de desarrollar el corto «Ni Aquí ni Allá», el cual se ha mostrado en varios festivales, entre ellos el Internacional de Cine de la Universidad Nacional Autónoma de México (FICUNAM) y el FICM, «que a su vez han sido grandes espacios para fomentar la crítica de mi trabajo y lo cual ha servido bastante para mi crecimiento como directora», dijo la directora a SD, quien también se dice alegre porque ha sido «muy bien recibida por el público».
Hay apoyos, pero no para cineastas emergentes
Ante la pregunta de si cuáles son los principales obstáculos que enfrentas los nuevos talentos del séptimo arte, nos dice: «Creo que son muchos los apoyos que existen actualmente para impulsar y llevar acabo trabajos cinematográficos, pero en la mayoría de los casos no son accesibles para los cineastas emergentes, debido a las leyes y reglamentos requeridos para la realización una ópera prima, por ejemplo.
En mi caso, he contado con grandes apoyos e infraestructura por parte de mi escuela para llevar acabo mis proyectos, y hasta ahora he aprendido a producirlos de esta manera, sin ningún tipo de apoyo externo. Pero Creo que es importante que se le otorgara a las escuelas privadas de cine ciertos fondos gubernamentales para que así los alumnos tengan la oportunidad de hacer sus óperas primas. Me parece que esta es la principal problemática en la industria, seas estudiante o no, ya que hay demasiados proyectos buenos que por tantas limitantes se quedan inconclusos y olvidados en una carpeta».
«El punto es no parar de hacer lo que nos apasiona»
Ahora Gina se encuentra totalmente enfocada en el guión de su ópera prima, que se llamara «Las Perdidas», el cual está co-escribiendo con la actriz, y buena amiga suya, Lorena del Castillo, con expectativas de filmarla el próximo año.
«También estoy en la preproducción de mi tercer cortometraje, ‘La Zona’, que filmaré a finales de este año. Ambas producciones las estoy trabajando junto con mi escuela y mi casa productora Bala Films, con la que estamos levantando varios proyectos. Creo que vienen cosas muy buenas y emocionantes, el punto es no parar de hacer lo que mas nos apasiona… que es hacer CINE», finaliza.